Displasia de caderas canina

Seguro que habéis oído hablar de la displasia de caderas, pero os queremos resolver las dudas más habituales al respecto. Queremos explicaros que es la displasia de caderas en perros, qué síntomas pueden causar, cómo podemos proteger a nuestras queridas mascotas y, en último caso, cómo se enfoca el tratamiento.

Qué es la displasia de caderas? La displasia de caderas es una afección frecuente en perros, especialmente en razas de gran tamaño cómo los Labrador Retriever, Pastor Alemán, Bóxer y Golden Retriever, entre otros. Se trata de un desarrollo anormal de la articulación de la cadera, que puede causar problemas de movilidad y dolor en el animal afectado.

Esta condición se desarrolla progresivamente durante el crecimiento del perro y está influenciada tanto por factores genéticos cómo ambientales. La forma de la cadera puede no ajustarse correctamente, provocando un movimiento inestable y fricción anómalos, lo que puede conducir a la erosión del cartílago y aparición de osteoartritis y artrosis con el paso del tiempo.

¿Cómo se diagnostica? Detectar la displasia de caderas en los perros puede requerir una serie de procedimientos y pruebas veterinarias. Uno de los métodos más comunes es la radiografía de las articulaciones de la cadera. Esta imagen nos permite evaluar la estructura y forma de las caderas del perro y determinar si hay signos de displasia. Esta prueba se puede realizar a cualquier edad, aunque es muy recomendable a los 4 meses de edad, en cachorros jóvenes, ya que así se puede tratar precozmente. En perros adultos y de edad avanzada también es posible realizar la prueba, pero algún tratamiento ya no será una opción viable.

Además de la radiografía, también se puede realizar una evaluación clínica y observar el comportamiento del perro durante el movimiento para detectar signos de cojera, rigidez o dificultad en la movilidad.

En esta imagen podéis ver cómo la cadera de la izquierda tiene una forma correcta y tanto la cabeza de fémur cómo el acetábulo encajan perfectamente (flechas), mientras que en la imagen de la derecha os señalamos los puntos en qué hay alguna alteración, signos de degeneración y artrosis.

¿Qué síntomas puede causar? Los síntomas de la displasia de caderas pueden variar en severidad y se pueden manifestar de distintas formas. Los perros afectados pueden mostrar cojera especialmente en las patas posteriores, y pueden tener dificultad para moverse o levantarse. También pueden mostrar signos de dolor y rigidez, especialmente después de realizar actividad física intensa.

En algunos casos, los síntomas pueden ser más sutiles, simplemente mostrando un comportamiento menos activo, realizando paseos más cortos, sentándose a menudo, … Es importante señalar que los perros pueden adaptarse gradualmente al dolor y no siempre mostrar signos evidentes de malestar aunque la enfermedad pueda estar ya muy avanzada. También hay razas y animales concretos que aguantan más el dolor que otras.

¿Cómo se trata? El tratamiento de la displasia de caderas depende de la severidad del caso y de las necesidades individuales del paciente. En general el tratamiento se basa en distintas acciones que ayuden a paliar el dolor y la limitación de movimiento que tiene el animal, estas serian: control del peso del animal, el uso de antiinflamatorios para aliviar el dolor y la fisioterapia para mejorar la fuerza muscular y movilidad. Cabe tener en cuenta que aunque se deba vigilar que tipo de actividad física realizan los animales para no forzar más de la cuenta las articulaciones, es recomendable que mantengan un cierto nivel de actividad física para evitar la pérdida de masa muscular y la pérdida de movimiento.

En casos más graves se puede considerar la cirugía cómo opción para mejorar la articulación y reducir el dolor. Hay distintas técnicas quirúrgicas y se tiene que valorar cada caso para encontrar la mejor opción para cada paciente. Se decidirá el mejor enfoque terapéutico en función del grado de displasia, la edad y el estado general de salud del animal.

¿Cómo evitarlo? La displasia de caderas es una condición compleja y puede ser difícil de prevenir completamente, sobretodo en razas predispuestas genéticamente. No obstante, hay medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo o detectar la condición en fases iniciales.

Si tenéis un perro de raza con predisposición genética a la displasia de caderas, es importante hablar con vuestro veterinario sobre los controles y medidas preventivas que podáis tomar. Nuestra recomendación sería hacer una radiografía a los 4 meses de edad para ver si hay riesgo que de adulto pueda presentar problemas y, de ser así, realizar una cirugía preventiva que mejore su calidad de vida. Además, mantener un peso adecuado, proporcionar una dieta equilibrada y evitar un exceso de ejercicio en perros jóvenes puede contribuir a la salud de sus articulaciones.

En caso de sospecha o preocupación, os invitamos a venir a nuestra clínica veterinaria para una evaluación completa y una orientación personalizada.

Esperamos que este artículo os haya parecido interesante e informativo. Si tenéis más preguntas o necesitáis más información, estamos aquí para ayudaros a proporcionar el mejor soporte para la salud y el bienestar de vuestro querido perro.